María del silencio orante

Mujer del Silencio, de la humildad y sencillez. Guardando en tu Corazón, el Amor manifestado de Dios, su Promesa fecunda, germen de vida: ¡Hágase en mí tu Palabra!

María, Madre de la Humanidad, acogiendo en tu regazo y entrañas de Mujer, la Salvación para todos, de tu hijo Jesús.

Queremos dejarnos «sorprender», en cada acontecer de nuestra vida, sin otra respuesta que aceptar, el SI confiado de la fe, entregando todo nuestro Ser, a la voluntad de Dios.

Tú nos enseñas a descubrir, en la intimidad de nuestro Ser, la huella imborrable que Jesús nos dejó, diciendo: Permanecer en mi Amor.

Oramos con Fe y confiada Esperanza, el Santo Rosario dedicado a María, recorriendo su vida y los momentos Bendecidos por el Amor de Dios

Queremos expresarle a María, el deseo de ser, la Iglesia que Camine en Sinodalidad, guiados con la Luz del Espíritu Santo, viviendo con coherencia, en Comunión fraterna.

Hacemos presente a tantos seres humanos, como sufren la crueldad e Injusticias de tantas violencias, que atentan contra su Dignidad y legítimos derechos.

Pedimos a Nuestra Madre, por tantos niños-as, jóvenes, ancianos y madres inocentes, que contemplan y viven, las atrocidades que otros están cometiendo, tantas vidas destrozadas, multitud, huyendo del sin sentido de la guerra.

En cada escena contemplada del Rosario, cada Padre Nuestro y Ave María, sintamos hondo el pálpito de nuestro corazón, rogando sin cesar a María, interceda ante el Señor de la Vida y el Amor.

Abramos nuestro corazón, en este momento crucial de la historia, sintiendo la cercana Misericordia, de nuestra Compasión fraterna.

Señora de la Prontitud, como el Santo Padre la ha proclamado.

Enséñanos a ser diligentes en el cuidado y la atención, de quienes atraviesan momentos de soledad, de adversidad e incertidumbre, sumidos en el sufrimiento, a causa de la enfermedad y carencias.

Que no cerremos el corazón a quienes nos puedan necesitar, ofreciendo nuestro tiempo y tarea, en el compartir fraterno y generoso.

Virgen del Rosario, llena de Gracia, ruega por nosotros y danos tu Amor de Madre.

María Jesús Martínez Azkona
Iglesia del Sagrado Corazón, de los P.P. Jesuitas de Bilbao

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