Ustedes, con su preciosa presencia en la Iglesia, nos enseñan que la oración abre nuestros corazones y oídos a la escucha, nos hace atentos a la acción del Espíritu Santo, nos hace atentos a las necesidades de los demás y del mundo.

“No hay discernimiento sin oración individual y con otros hermanos y hermanas. La sinodalidad requiere una conversión personal y comunitaria que fluya y sea sostenida por la oración. La oración de ustedes, que brota del silencio y de la contemplación, puede ser de gran ayuda para toda la Iglesia.

Por esta razón hemos decidido iniciar una experiencia de oración mundial que acompañe todo el itinerario sinodal, titulada «LA IGLESIA EN CAMINO. Oren por una Iglesia sinodal». Pedimos a la Red Mundial de Oración del Papa, con el apoyo de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), que creara un sitio de oración para el Sínodo, donde las diferentes entidades de la Iglesia puedan publicar periódicamente textos de oración para ser propuestos a todos por una Iglesia verdaderamente sinodal.

Me alegra que sean precisamente ustedes, hermanos y hermanas, llamados a la vida monástica y contemplativa, los que comiencen a tejer este hilo invisible de oración (…) Soñamos que pueda ser una oración que nazca de su comunidad.

Hemos decidido comenzar con la oración, porque esta experiencia fundamental en la vida diaria no es evidente para todos en el mundo de hoy. Orar puede considerarse una pérdida de tiempo si pensáramos en todas las urgencias, sufrimientos y necesidades que existen. Sabemos que la oración es el aliento del alma y del corazón, donde el Señor nos habla. Como dice el Papa Francisco: «El corazón de la misión de la Iglesia es la oración».

Con esta invitación, les pedimos ser instrumentos en las manos del Espíritu para guiar a la comunidad eclesial universal a orar por la Iglesia sinodal. Deseo agradecerles el apoyarnos en este camino y el hacerlo propio en los detalles de su llamada y vocación”.

Card. Mario Grech