Un camino en fraternidad

Concedenos Gran Señor de la Vida;
la perceverancia en este camino.
A ser coherente, en lo que digo y en lo que hago
con audacia humilde en la meta común.
La de ser sal y luz.
Con mucha esperanza en el comienso del año,
con confianza en el amor infinito, permite Señor,
que pueda experimentar tu presencia real
al mirar el rostro de cada hermano y hermana.
Con el corazón abierto a ser puente de encuentro de diálogo faterno,
transmitir la compasión que día a día enseñas con tanta paciencia.

Graciela Del Pilar
Villa Elisa – Paraguay

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