Bendita tú, María, porque creíste

SINODALIDAD CON MARÍA

¡Bendita tú, María, porque creíste!

Porque sin certeza ni razón alguna,
tan sólo con tu humilde confianza,
acogiste en tus entrañas de mujer,
el Amor y la Vida del Verbo Encarnado.

Pronunciaste ¡HÁGASE! tu voluntad,
y creíste en la Promesa del mensajero:
«El Espíritu del Amor descenderá sobre tí,
la Gracia del Creador te cubrirá con su Luz.»

¡Bendita tú, María, porque creíste!

Abriendo tu humano corazón de Madre,
al sufrimiento de los hombres y mujeres,
aliviando con prontitud su necesidad,
socorriendo con generosidad su carencia.

Señora del Silencio y el obrar oculto,
sin vanas ostentaciones ni apariencias,
humilde, sencilla y vacía de todo ego,
de quien ningún triunfo busca para sí.

¡Bendita tú, María, porque creíste!

Mujer fiel en el momento de la prueba,
caminando con tu íntegra Dignidad,
llevando en tu corazón de Madre,
la humillación y Cruz de tu hijo Jesús.

Sostenida por la Luz de la Esperanza,
en esa Vida más allá del sufrimiento,
la transparente evidencia en el Amor,
de tu hijo Amado, Jesús Resucitado

¡Bendita tú, María, porque creíste!

Saliendo al encuentro de tus hijos,
compartiendo nuestras alegrías,
nuestros anhelos y sufrimientos,
sosteniendo la fragilidad humana.

Dichosa eres en la Gloria del Padre,
y en la presencia de tu hijo, Jesús,
que alienta con su Espíritu de Amor,
la Vida plena que esperamos alcanzar.

¡Bendita tú, María, porque creíste!
Tú nos enseñas a esperar y confiar en Sinodalidad.

María Jesús Martínez Azkona
Iglesia del Sagrado Corazón, de los P.P. Jesuitas de Bilbao.

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